Ludwig Wittgenstein, un filósofo austro-británico considerado uno de los más importantes del siglo XX, especialmente en filosofía del lenguaje y lógica:
Frases celebres de Ludwig Wittgenstei
"Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo."
Esta afirmación procede del "Tractatus Logico-Philosophicus" y sugiere que nuestra capacidad de comprender y conceptualizar el mundo está delimitada por el lenguaje que empleamos.
"De lo que no se puede hablar, hay que callar."
También del "Tractatus", esta sentencia se interpreta a menudo como un límite impuesto a la expresión filosófica y científica; aquello que no puede ser claramente expresado debe ser dejado fuera del discurso.
"La filosofía no es una teoría sino una actividad."
Wittgenstein enfatiza aquí que la filosofía es una práctica constante de clarificación y análisis, en lugar de un conjunto de doctrinas.
"Donde hay voluntad hay un trasfondo de voluntad."
Al reflexionar sobre la naturaleza de la voluntad, Wittgenstein se sumerge en la relación entre los deseos, acciones y el trasfondo psicológico que lo sustenta.
"La solución del problema de la vida se ve en la desaparición de este problema."
Esta es otra idea extraída de su "Tractatus", en la que propone que las respuestas a las preguntas más profundas de la vida no se encuentran, sino que las preguntas pierden su sentido.
"Lo que puede ser mostrado, no puede ser dicho."
Con esta frase, Wittgenstein nos dice que hay aspectos de la realidad que pueden ser demostrados o exhibidos, pero que escapan a la expresión lingüística.
"El mundo se divide en hechos."
Aquí se refiere a la estructura ontológica del mundo, desde su perspectiva filosófica en el "Tractatus".
"Un hombre solo hará filosofía cuando esté rodeado por la mudez del universo."
Esta reflexión sugiere que la filosofía surge en respuesta al misterio y al silencio del mundo que nos rodea.
"Si entiendes una broma sobre un tema, entonces has entendido ese tema."
Wittgenstein señala el entendimiento profundo de un tema como un prerrequisito para comprender el humor relacionado con él.
"Un libro de filosofía que estuviera escrito como debe ser escrito sería como ser golpeado por un pensamiento tras otro."
En su visión ideal de la escritura filosófica, Wittgenstein imagina una sucesión de ideas poderosas y claras que reta e inspira al lector.